Conciencia social vs comunismo, por Marlon S Jiménez García

Los comunistas, desde el inicio de su propia conformación ideológica, son los que más han empleado el término de ´´conciencia social´´ y muchas veces las sociedades heterogéneas en el mundo, lo creyeron, hasta que las propias realidades políticas, económicas y sociales revirtieron esa idea; de allí, la caída del muro de Berlín y el derrumbe del bloque comunista soviético. El comunismo, es una ideología social caracterizada por el control y planificación de la vida colectiva, de la vida comunitaria, la abolición de la propiedad privada sobre el trabajo y los medios de producción, y la eliminación de las clases sociales. La conciencia comunista es una conciencia totalmente enajenada, que no trasciende más allá de los principios ideológicos que le constituyen y ocultan sus verdaderos intereses bajo la excusa de defender los intereses generales; entre estos, brillaron por su eficacia política, económica y social, durante casi todo el siglo XX: la persecución implacable de la disidencia, el hambre, la miseria y la muerte; mientras que en sentido contrario, se fortalece el poder omnímodo de la élite gobernante con sus prebendas personales y familiares, acompañada, por supuesto, de una corrupción en niveles monstruosos de los recursos del Estado y de una capacidad delictiva que sobrepasa la capacidad de racionalidad. El comunismo fracasó y es casi imposible que en la sociedad mundial democrática, de libertades ciudadanas y económicas y del pluralismo político, que pueda resurgir de sus cenizas.

 

El término ´´conciencia social´´ hace referencia a la capacidad de determinados individuos, grupos u organizaciones sociales de percibir aquellas realidades circundantes que requieren atención, de reflexionar sobre ellas y en algunos casos, de actuar para la transformación de las mismas. La idea de conciencia social está hoy altamente extendida por el importante aumento de grupos poblacionales en inferioridad de condiciones (inferioridad que se representa a nivel económico, ideológico, étnico y sexual) y por la necesidad cada vez más acuciante de actuar de modo positivo en las modificaciones de esas realidades sociales alternativas a la de uno mismo. Ligado muy fuertemente a las ideas de solidaridad y compromiso, la conciencia social es el primer paso en el camino hacia la alteración de estructuras de discriminación voluntaria e involuntaria ejercidas sobre determinados grupos sociales dentro de una comunidad.

 

La conciencia social, por tanto, tiene que ver con la posibilidad de estar al tanto de los problemas intrínsecos a una sociedad que requieren solución. Si bien normalmente se utiliza para hacer referencia a la necesidad de actuar en beneficio de aquellos que viven en situaciones de pobreza, marginalidad y exclusión. Una ´´conciencia social´´ solo puede darse en escenarios democráticos, de verdadera participación ciudadana, como ocurre en los países del primer mundo; solo tiene uno que salir de nuestras fronteras para observar como esos países han alcanzado una gran desarrollo estructural, y por supuesto, el gran indicador de esas potencialidades es la responsabilidad intrínseca entre el Estado y el ciudadano de cumplir cabalmente con sus deberes y derechos. Ese es el cambio que queremos para nuestro país, salir de la conciencia comunista excluyente y autócrata, lo que llamamos en el caso venezolano un ´´comunismo encapillao´´, por una conciencia social de compromiso democrático, de todos los actores: públicos y privados, por encontrar vías de solución a los problemas inherentes al ser humano y a la sociedad en general, que se cristalice en la realidad, en calidad de vida para todos. Para ello, es fundamental salir del engendro heredero; con este Sr(¿?) al frente del poder, es muy poco lo que podemos hacer. Estamos retrocediendo en pasos gigantescos, con las nuevas propuestas ministeriales, al epicentro de la economía venezolana del siglo XIX y en lo político se nos quiere ´´encerrar´´ en un escenario de ´´guerra federal´´, donde el poder de las balas tenga la última palabra. No nos descuidemos ni un instante; ´´pa’ tras ni para coger impulso´´.

 

DC / Marlon Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com.

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