El intenso oleaje de las indignadas protestas españolas, dejó como saldo la definitiva desafección política de muchos y la legítima voluntad de otros para persistir y organizarse cívicamente. De sorprendentes éxitos electorales, surgió Podemos junto a las más variadas sospechas en torno a su definitiva conformación y encaje ideológico.
Receptor de casi siete millones de euros para versionar el chavismo en la península ibérica, marcada de viejas cicatrices políticas que aún constituyen una severa advertencia, no todo fue y es inocencia y espontaneidad, como algunos supusieron y aún suponen. Emergiendo de una crisis, ante todo moral, la respuesta luce peor.
De acuerdo a fuentes foráneas, el otrora ministro de finanzas públicas, Rafael Isea, cumplió fielmente con las órdenes del extinto presidente para la donación efectiva de tan inmensa cantidad de dinero. Queda pendiente indagar las otras cantidades recibidas por la fundación Ceps y sendos honorarios cancelados a Juan Carlos Monedero, por ejemplo, quien pobló las redes sociales con sus tediosas y largas peroratas destinadas a los incautos que, en Venezuela, tratan todavía de explicar (se) el socialismo del siglo XXI.
Bajo la protección de las autoridades estadounidenses, el ex – gobernador del estado Aragua, seguramente habrá testificado sobre otros hechos que dan y darán cuenta de la naturaleza exacta del régimen, al igual que del talante de sus cada vez más interesados admiradores, seguidores y activistas extranjeros. En éste renglón, pueden incluirse a intelectuales, cineastas, atletas o actores que, por necesidad o vanidad, ayudaron a propagandizarlo.
La inversión que en nada satisfizo una necesidad perentoria de Estado, demostrando cuán arbitrarios y laxos fueron los criterios y mecanismos empleados, escapando de todo control parlamentario y de opinión pública, ilustra el desparpajo de quienes, en clara procesión petrolera, hicieron de Caracas una promesa alentadora. Y también la posibilidad cierta de enriquecimiento personal, propio y de terceros, al hacer turismo político.
DC / Luis Barragán / Diputado AN / @LuisBarraganJ