Hacia donde va el chavismo

Douglas Zabala/ Abogado/ @douglazabala

reunión MaduroEn los tiempos cuando Lenin debatía acerca de cual debería ser el carácter del partido, este señalaba que si una minoría organizada es realmente consciente, si sabe llevar tras de sí a las masas, si es capaz de dar respuesta a cada una de las cuestiones planteadas  en el orden del día, entonces esa minoría es, en esencia, el partido.  Ya desearía  el  “socialista” Diosdado, haber tenido esta información leninista,  ante la pregunta de la periodista sobre el número de votos; quizás  le hubiese evitado  poner  esa  torta tan descomunal como la abstención de las otrora poderosas UBCH.

 

Lo expresado por el camarada Vladimir Ilich,  aquel 23 de Julio de 1920,  a los ojos de un simple militante pesuvista, pudiese tener pertinencia con lo sucedido este 20 de julio del 2014, pero la vida es más cruda que la ideología revolucionaria.  Aquí  no se trata de un simple partido socialista.  En estas elecciones todo el poder del Estado y su poderosa maquinaria comunicacional,  sirvió de palanca para la motivación e impulso de un proceso, donde a Tibisay, ni que la maten  se atreverá a informar sobre la tendencia irreversible del desplome electoral.

 

Convocar a una elección con la posibilidad de  participar 7.632.606 votantes inscritos en el padrón electoral.  Postularse  5.150  candidatos,  para en definitiva elegir sólo a  537 delegados, no tuviera precio sino fuese tan estrepitoso los resultados  de este domingo, donde hasta en los más recónditos lugares del territorio nacional, los militantes anduvieron más pendientes de indagar donde había llegado el aceite, el pollo y la leche, que las fulanas listas donde pulcramente deberían aparecer, para así cumplir con el sagrado derecho establecido en los estatutos de su partido.

 

Quien se de a la tarea de revisar los estatutos del PSUV,  observará que el Artículo 28 del Libro Rojo,  establece que  el Congreso  del Partido es el máximo órgano de dirección y que entre otras funciones tiene la de  revisar  los principios doctrinales, el programa y el seguimiento de los mismos.  Ahora bien, al margen del escasísimo nivel de participación, donde por cierto sólo el 25% de sus delegados fueron escogidos democráticamente, las posibilidades de aperturar un debate sobre los aciertos y desaciertos impulsados por esta vanguardia, serán casi nulos, una vez que ya públicamente el propio Maduro ha dado demostraciones de ser un prisionero político de su entorno.

 

Cuando Nicolás cumplió la formalidad de presentar su Programa de Gobierno ante el CNE, aclaró que no era de su hechura y creatividad, que sólo venia a reafirmar el Plan de la Patria,  del victorioso y desaparecido  Hugo Chávez.  Después en el poder cumplió su palabra transformándolo en ley de la República.  Y ese es el punto, dado que los nuevos escenarios y los mismos compromisos internacionales,  en busca de dólares frescos, lo están llevando, aunque lo niegue y reniegue,  a tener que engavetar el tan reivindicado plan patriótico. ¡Será este escabroso tema, materia para el debate en el Congreso Socialista?

 

Ya el peso de unas UBCH ausentes y desarticuladas, son elementos suficientes para el análisis, pero si algo esperamos con ansias de ese Congreso,  es, si se impondrá el legado dejado por el Comandante eterno o el paquete de medidas económicas, bautizadas por el ex militante de la Liga Socialista, como la revolución fiscal, la revolución dentro de la revolución y otras mentirillas impuestas por la extrema realidad.  ¿Hacia donde va el chavismo?   No lo sabemos, todo dependerá de las fuerzas en pugnas, en estas horas menguadas, de un proceso y un modelo ya fracasado en otras latitudes.

 

DC/Douglas Zabala/ @douglazabala

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