Para una operación de estas características además de la necesidad de un donante (habitualmente una persona en muerte cerebral o recientemente fallecida), es necesario un equipo médico que en algunos casos ha llegado casi al centenar de especialistas. Muchas de estas intervenciones han durado hasta 36 horas, en un proceso que requería de una precisión y velocidad excepcionales, para unir arterias, venas, músculos e incluso nervios con el fin de que el paciente se sintiera lo más cómodo posible con su nuevo rostro. A pesar de que en algunos casos los resultados son espectaculares los pacientes durante toda su vida deberán tomar fármacos inmunosupresores para evitar que su cuerpo rechace la cara injertada.
Te mostramos algunas historias exitosas
Un equipo médico del hospital militar Xijing Hospital (China) transplantó con éxito una parte de la cara a Li Guoxing de 30 años de edad, que tenía el rostro desfigurado por el ataque de un oso negro en el 2004. La operación duró 14 horas y en ella se sustituyeron dos tercios de la cara de Li. Por desgracia Guoxing falleció dos años después y se piensa que su muerte se pudo deber a su negativa a tomar medicación para ayudar a su sistema inmune a evitar el rechazo de los tejidos del donante.
Pascal Coler de 27 años sufría de neurofibromatosis, un trastorno genético del sistema nervioso, caracterizado por la presencia de numerosos tumores y desarrollo anómalo de músculos, huesos y vísceras. Gracias a un equipo de médicos del hospital Henri Mondor de Créteil recibió el que fue el tercer transplante de cara del mundo y el segundo de Francia. Pascal sufría una deformidad tal en su rostro que le era imposible encontrar trabajo ni salir a la calle sin ser el centro de todas las miradas.
Connie fue disparada con una escopeta por su esposo en un intento de asesinato en septiembre del 2004. Sobrevivió al ataque y su esposo fue condenado a siete años de prisión por intento de homicidio agravado. Culp perdonó a su esposo y dijo que lo esperará cuando salga de prisión. La bala atravesó la nariz, parte de la mandíbula, los labios y los párpados. Debió someterse a 20 intervenciones quirúrgicas antes del trasplante definitivo, que tuvo lugar el 10 de diciembre del 2008 en la clínica Cleveland de Ohio. Se trasplantó el 80% del rostro incluyendo nariz, párpados inferiores, piel, músculos, arterias, estructuras óseas, venas y nervios. La operación duró 22.
El 22 de noviembre de 2001, Mitch viajaba en compañía de su mejor amigo y la novia de este, de forma inesperada un camión derrapó frente a ellos y provocó que el vehículo en el que viajaban chocara contra un poste de luz, fue el primero en salir del coche después del accidente, pero al ver que la novia de su amigo estaba aprisionada decidió regresar para ayudarla, esto le cambió la vida, ya que cuando movió el auto, el cable de 10.000 voltios que estaba sobre el vehículo le cayó encima. Tres días después, Mitch despertó en el hospital con la noticia de que le habían amputado algunos dedos de la mano, la pierna izquierda y que su rostro estaba completamente desecho, sus sueños desaparecieron y tenía que enfrentar una larga y dura recuperación física y emocional.
Tuvo que ser operado 57 veces después del accidente, todo para llevar una vida normal, el caso llamó la atención y un grupo de médicos lo contactaron para realizar una de las operaciones más complicada, transplante completo de rostro. La cirugía fue realizada por un grupo de 30 personas, trabajaron durante 14 horas para poder unir músculos, venas y arterias y coser el nuevo rostro de Mitch Hunter. Ahora está recuperado, vive en Indianápolis y trabaja en una aseguradora como una persona normal.