El primer debate presidencial se desarrollará en Denver, Colorado, y será transmitido en vivo por varias cadenas de televisión estadounidenses. Además se hará un debate previo que saldrá al aire a través de Google (Google Hangout) y YouTube, en el que será moderado por el periodista Enrique Acevedo, presentador del noticiero edición Nocturna de Univision, y que contará con la participación del periodista Luis Medig (corresponsal del Noticiero Univision en San Francisco), y los analistas Javier Mesa, Helen Aguirre (del Partido Republicano) y Fabián Nuñez (Partido Demócrata).
Los debates son considerados, a juicio de expertos, como la última y definitiva vitrina para que los candidatos no sólo “amarren” los votos ya conseguidos en la más disputada y cara campaña presidencial de la historia, sino para agenciarse el voto indeciso que inclinará la balanza el martes 6 de noviembre.
Antes de la Convención Nacional Republicana celebrada el 29 de agosto en Tampa, Florida, Obama y Romney se encontraban virtualmente empatados. Después de la Convención Nacional Demócrata celebrada en Charlotte, Carolina del Norte una semana más tarde, Obama comenzó a distanciarse levemente, hasta la aparición de un video secreto en el que aparece Romney insultando a los electores que apoyan a Obama.
En la víspera del debata Obama aparece en algunos estados clave con una ventaja de nueve puntos, diferencia que le permite, por lo menos hasta ahora, acariciar la reelección.
Los debates -una instancia habitual en las campañas electorales en Estados Unidos desde que un Richard Nixon con barba de varios días perdió contra un joven John F. Kennedy en 1960- son una oportunidad para juzgar si los candidatos están a la altura de sus aspiraciones cuando se enfrentan cara a cara, agrego la agencia AFP.
Mitt Romney debe primero a los votantes de que tiene el talento y la disposición que necesita un presidente en un mundo peligroso e incierto, y exhibir una personalidad que no corra el riesgo de crisparse durante los cuatro años que dura su mandato en la Casa Blanca.
El presidente Obama, por su parte, apelará a su experiencia, su carisma, mostrará los éxitos de su administración (entre ellos haber detenido la recesión que se inició a finales de 2008, la aprobación de la reforma de salud y el fin de la guerra en Irak, la generación de un mayor número de empleos que los perdidos el año que inició la crisis financiera, entre otros), y los cambios que, a juicio de su campaña, podrán ser concretados con un segundo mandato.
DC/Univisión