El documento fue divulgado ocho días después de que un equipo de médicos intervinieran al Jefe de Estado para extraerle un “pequeño tumor” cancerígeno que se le encontró en la próstata.
La historia clínica del presidente Juan Manuel Santos es, ni más ni menos, la de un paciente normal, de 61 años de edad.
El documento no muestra antecedentes importantes de salud, con excepción de la extracción de la vesícula, ocurrida hace diez años; una gastritis (inflamación de la mucosa gástrica) y una artrodesis (la fijación de unas vértebras de la columna para manejar una hernia de disco).
En la historia queda sentado que el Presidente se ha sometido a chequeos regulares, gracias a lo cual fue posible detectar una elevación del antígeno prostático (proteína exclusiva de la próstata, cuyos niveles se aumentan en la sangre cuando algo está afectando esa glándula).
Llama la atención que, desde el punto de vista médico, la elevación no era alarmante, y que prácticamente para su edad estaba en términos aceptables.
Sin embargo, algunos síntomas urinarios bajos y el antecedente familiar de cáncer de próstata, llevaron a su médico, con muy buen criterio, a someterlo a una biopsia, que evidenció la presencia de células cancerosas.
Lo que sigue el país lo conoce bien, y se relata en la historia clínica: la programación de una cirugía de próstata, que se llevó a cabo dentro de los tiempos y con una evolución normal, y la extracción de la glándula con unos ganglios pélvicos (que son como estaciones de células de defensa), que fueron enviados a patología para ser analizados.
Dicho estudio reporta la presencia de un cáncer, de agresividad media, bien localizado (es decir, que no migró a ninguna parte) y con los ganglios libres de células malignas.
Eso indica que, en teoría, el tumor se extrajo en su totalidad. El resto de la historia clínica da cuenta de la evolución común y corriente de un posoperatorio, sin ningún tipo de complicación, de una persona que por sus condiciones tiene un buen pronóstico.
Vale la pena destacar el hecho médico de que Santos muestra un muy buen estado general de salud: su frecuencia cardiaca es baja y su presión arterial registra buenos niveles (sentado arrojó una cifra de 110/70) y su frecuencia respiratoria es óptima.
Esto refleja una muy buena condición cardiovascular, que quizás es consecuencia de una actividad física regular y permanente. Y eso le confiere un bajo riesgo en este aspecto.
DC/El Tiempo.