Vargas Llosa aseguró que si abolieran las referencias a los toros se empobrecerían la poesía, la pintura, la música o la filosofía, ya que la tauromaquia "ha irrigado prácticamente todas las manifestaciones de la creatividad artística y cultural".
El escritor, que recomendó la lectura de la primera novela de su paisano José María Arguedas para descubrir cómo en Perú los descendientes de los incas asumieron como propia la fiesta de los toros, subrayó que al igual que allí ese proceso se ha dado en Colombia, Venezuela o México, países donde los toros forman parte de "la tradición, la cultura y la costumbre".
A su juicio, la fiesta se mantiene "absolutamente viva" y en lugar de disminuir va creciendo, y ha enmarcado la prohibición de las corridas en la región española de Cataluña dentro de campañas que utilizan a la tauromaquia por motivos políticos.
Sobre la prohibición en Bogotá (Colombia), indicó que está cuestionada desde el punto de vista legal y mostró su esperanza en que la afición taurina colombiana "imponga sus propios punto de vista" para restablecer la tauromaquia en la capital de Colombia.
El autor de "El sueño celta" invitó a los aficionados a defender los toros "con claridad y sin complejos de inferioridad", y puso de relieve que la tauromaquia "hunde sus raíces" en el pasado de Europa y está extendida por todo el mundo, además de recordar a los antitaurinos que sin la fiesta desaparecería este "hermosísimo animal".
En su opinión, las corridas de toros tienen un ritual determinado que se ha "suavizado" y se ha ido "refinando, sobre todo en defensa del animal", pese a que tienen un componente de violencia que "indiscutiblemente" forma parte de la fiesta.
Vargas Llosa asiste este fin de Toro (Zamora) a las fiestas de la vendimia de esta localidad que da nombre a una Denominación de Origen vitivinícola que este año celebra sus bodas de plata.
Sobre los caldos toresanos, el autor de "La fiesta del chivo" ha señalado que tienen cada día más prestigio y que "hoy en día compiten con los mejores vinos del mundo".
A su llegada a Toro, Vargas Llosa ha firmado en el Libro de Oro del Ayuntamiento y se ha reunido con representantes de asociaciones taurinas que promueven la declaración de la fiesta como patrimonio cultural inmaterial, mientras que por la tarde tenía previsto descubrir un azulejo conmemorativo colocado en la plaza de toros como reconocimiento a su defensa de la tauromaquia.
El autor de "La civilización del espectáculo" prolongará su visita a Toro hasta mañana, cuando está previsto que acuda al desfile de carros engalanados a la antigua usanza que se celebra con motivo de las fiestas de la vendimia.
DC/El Universo