"Debemos aprender a detenernos para reflexionar. De este modo el alma puede encontrar la cura a las heridas inevitables de la vida cotidiana", dijo el Papa durante su homilía.
Benedicto XVI también deploró "la propagación de estilos de vida marcados por el individualismo y el relativismo moral", uno de los temas tradicionales de la Iglesia Católica.
El Pontífice se refirió también a "la complejidad de la vida en una gran ciudad como Roma" y a "una cultura que muchas veces parece indiferente a Dios".
El Papa concluyó su homilía haciendo un llamado de apoyo "a los que viven en la pobreza o son marginados, así como a las familias que viven momentos difíciles, en particular las familias que deben ocuparse de enfermos o discapacitados".
DC/ Agencias.