La nueva legislación ofrece acceso universal a los servicios de salud reproductiva y los métodos anticonceptivos, pero excluye el aborto.
Filipinas tiene la tasa de nacimientos más alta del sudeste asiático y los defensores de la ley esperan que esta norma ayude a frenar el crecimiento de la población y que permita aliviar la pobreza.
La ley chocó con una fuerte oposición en el Parlamento y por parte de la Iglesia católica. Algunos obispos han señalado que llevarán su oposición a la ley hasta la Corte Suprema.
DC/BCC