Las personas hacen un recuento de todas las metas logradas y las que, desafortunadamente, por razones diversas no pudieron llevarse a cabo.
Con ilusión y una diversidad de rituales, a diez minutos de culminarse el último día del año, los venezolanos esperan el famoso “cañonazo”, el cual hace indicio de que vendrán 365 oportunidades más para realizarse como persona, profesional u otro ámbito de la vida.
Los fuegos artificiales engalanan los cielos de las ciudades de Venezuela, donde por un momento, sin importar la condición social o posición política, el abrazo es el protagonista de la noche-madrugada.
Tras unos minutos de brindis, cotillón, bailes y rituales, proceden a sentarse en la mesa para degustar los más ricos platos navideños venezolanos y desear en conjunto un ¡Feliz y Próspero Año Nuevo!
DC