La víctima era funcionario del ejército, y se encontraba custodiando el taller de las tanquetas cuando fue sorprendido por el fuerte golpe.
Roberto Boscán, hermano del infortunado, aseguró que el asesino le dejó caer a la víctima una pieza de uno de los tanques del ejército, llamada “bloque de cierre”.
La pieza al caer le destrozó el cráneo por su peso, lo que podría dar a pensar que se trataron de dos personas las que actuaron en el homicidio.
"Creemos que se trata de una persona conocida, ya que en el taller hay una perra y durante la noche no ladró", el hermano del infortunado relató que se dieron cuanta de la muerte cuando otro funcionario llegó a las 3.00 de la mañana para hacer el relevo.
Se desconocen mayores detalles sobre el caso. Los efectivos castrenses se mostraron herméticos ante el caso. Se conoció de manera extraoficial que el fusil del uniformado desapareció.
Ricardo Boscán residía con su madre en el sector Rosa Vieja, en Las Parcelas, de Mara.