En el popular mercado que un día fue famoso por ofrecer buenos precios y productos, algunas personas aún recorren sus pasillos. Los vendedores se esmeran por atender para conservar las pocas ventas, pero muchos prefieren no regresar.
Manuel Castillo, expresidente de la asociación de comerciantes, recuerda con nostalgia cuando “los fines de semana eran los mejores días de venta porque la gente hacía cola para comprar”.
Cuenta que a la gente le gustaba ir a Santa Rosalía porque “tenían buenos precios y el aire acondicionado atraía más personas”.
El hombre con 30 años como comerciante y dueño de una carnicería, señaló que como la situación en el mercado cada vez es peor los comerciantes se han ido. “Anteriormente alrededor 100 puestos funcionaban a diario, ahora quedan como 60”.
En estos momentos lo que hacen es para cubrir los gastos y mantener el negocio a flote.
María Núñez, 59 años, acostumbra comprar en el mercado. Lamentó las malas condiciones en las que se encuentra Santa Rosalía. “Debería unirse entre los comerciantes y los entes gubernamentales para recuperar todo el espacio”.