Según Noticias 24, docenas de documentos filtrados pertenecientes a la Dirección General de Contrainteligencia Militar del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Bolivariana (DGCIMCEOFANB), revelan que en el mes de febrero de 2012 y bajo las órdenes del General en Jefe y por entonces Ministro de Defensa Henry de Jesús Rangel Silva, se espiaron a periodistas, militares, políticos y civiles interceptándoles sus teléfonos, sus correos electrónicos y realizándoles seguimientos a ellos y sus respectivas familias cual miembros de una organización terrorista.
El motivo: La filtración de un rumor sobre la enfermedad del Presidente Hugo Chávez.
Según fuentes, Rangel Silva, arengado entonces por el conductor de La Hojilla, Mario Silva, comenzó una caza de brujas precisamente el 26 de Febrero del año pasado que involucró a Nelson Bocaranda, Ignacio Juaristi Giménez (Padre), Ignacio Juaristi Giménez (Hijo), Pineda González Gerda, Federico Medina Ravell, Miguel Otero, Ayalis Roldán, Berenice Gómez (La Bicha), Rafael Poleo, Sorley Iraima Varela, Guillermo Zuloaga, Alberto Ravell y que terminara involucrando a un sinnúmero de personalidades, instituciones y empresas.
Lo grave de éste hecho en particular es que se hackearon las cuentas de María Corina Machado, de Henrique Capriles Radonski, de Alberto Ravell, de Aixa López, de Guillermo Zuloaga, de Julio Borges, el correo institucional de Primero Justicia y hasta de la misma prima de la Ministra Iris Varela, sospechosa de ser integrante de la supuesta Red de rumores que intentaban desestabilizar el gobierno dando voces de alerta sobre la salud del comandante, situación que en un principio incluso llegó a analizarse la toma de represalias que no puntualmente consistían en la cárcel según señalan las fuentes.
Con más de un centenar de teléfonos chuzados y hasta cuentas de Twitter en un análisis en el cual no se llegó a ninguna conclusión durante un año de escuchas ilegales sobre todas estas personalidades, finalmente la investigación fue concluida en diciembre de 2012 alertados sobre la posibilidad de que los por entonces candidatos presidenciales denunciaran las chuzadas y éstas quedaran en evidencia, resultando con ello un rebote negativo para el gobierno de Hugo Chávez que se encontraba en plena etapa de campaña electoral, con lo que se deduce que también esta información obtenida producto de las chuzadas ilegales fue utilizada por el oficialismo en beneficio propio para neutralizar determinados esfuerzos de los candidatos opositores.
DC/Análisis 24