Los manifestantes están molestos con el actual presidente, Mohamed Mursi y sus seguidores de la Hermandad Musulmana, porque sienten traicionados los objetivos de su revolución.
La oposición ha pedido la suspensión o cambios radicales en la constitución política del país, redactada en una asamblea constituyente dominada por una mayoría islamista.
Ayer, las fuerzas de seguridad lanzaron gas lacrimógeno y los manifestantes respondieron tirando piedras y bombas Molotov durante todo un día de protestas, 24 horas antes del segundo aniversario de la revuelta.
Activistas y grupos de la oposición han hecho llamados para realizar marchas masivas este viernes en la Plaza Tahrir de El Cairo y frente al Palacio Presidencial, en el lujoso suburbio Heliópolis.
Las protestas del jueves, que dejaron decenas de heridos, iniciaron poco antes del amanecer en el centro de El Cairo, cuando los manifestantes trataron de derribar un muro de concreto levantado por las autoridades para evitar el acceso al Parlamento y al edificio del gabinete del gobierno egipcio.
Los enfrentamientos en las calles continuaron hasta después del anochecer en la capital del país.
Semanas de protestas multitudinarias que iniciaron el 25 de enero de 2011 obligaron a Mubarak a dejar el cargo.
Desde entonces, Egipto había experimentado una tempestuosa transición bajo el gobierno provisional de generales de las fuerzas armadas hasta las elecciones presidenciales de junio pasado, en las que ganó Mohammed Mursi, de la Hermandad Musulmana.
Sus primeros seis meses de gobierno fueron marcados por la tensión política, protestas públicas y una contracción económica que minó su popularidad.
AFP-AP