Sobre las costas de Portugal, puntualmente en una localidad llamada Nazare, remontó una ola de 30 metros y rompió así su propio record, marcado durante 2011 en el mismo lugar, cuando trepó a una rompiente de 27.5 metros
Con el cielo nublado y el peligro de quedar atrapado en los corales o ahogarse a decenas metros bajo el mar, el surfista criado en Hawaii volvió a sentar un precedente en la historia de los deportes extremos.