Pero la expectativa por las emisiones no disminuyó, y tras la emisión del jueves, en la que admitió que su cóctel consistía en EPO, transfusiones y testosterona, y que su historia «era perfecta, pero no era cierta, llegó el programa final.
El momento más emotivo, de la segunda etapa, fue cuando Winfrey le preguntó cómo había dicho la verdad a sus hijos y Armstrong, quebrado emocionalmente, tuvo que hacer un gran esfuerzo para evitar el llanto total: «A mi hijo Luke, simplemente le dije que no me defendiese más antes los otros niños, que simplemente les dijese que lo sentía por lo que hice».
Principalmente, el hilo de la conversación entre ambos estuvo en las consecuencias económicas y las pérdidas monetarias que esta confesión le trajo al ganador de siete Tour de France (todos con el uso de sustancias antideportivas). «En sólo unos días perdí 75 millones de dólares en patrocinadores», reconoció Armstrong.
«La llamada más difícil fue la que me hizo Nike para comunicarme que no podían seguir con el apoyo y lo mismo sucedía con los de mi Fundación Livestrong», continuó.
Oprah indagó sobre la situación más dura por estos días, ya que el ex deportista decidió cortar los lazos con Livestrong, la organización benéfica contra el cáncer que él mismo fundó y que ha vendido en el mundo más de 80 millones de pulseras de goma amarillas.
«La fundación Livestrong es como mi sexto hijo -destacó Armstrong-. Tomar la decisión de hacerse a un lado era algo muy grande de asumir y difícil de hacer. Era lo mejor para la organización, pero duele como el infierno. Ese fue el momento más difícil de todos.
Por último, se mostró disconforme con la decisión de la USADA, que lo suspendió de por vida. Él, lógicamente, piensa que se merece un castigo, pero en la misma proporción que otros, por lo que no considera que el haberle condenado a perpetuidad sea justo.
Con información de Infobae