La audiencia se enmarca en la agenda que tenía ya prevista el papa antes de anunciar que renunciara al Trono de Pedro.
El presidente de Guatemala llegó al Vaticano pocos minutos antes de las once de la mañana local (10.00 gmt), siendo recibido por el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein, que es también el secretario particular del papa.
Benedicto XVI, que presentaba buen aspecto, recibió a Pérez Molina en la sala del Tronetto, anexa a la biblioteca, con un «bienvenido presidente» en español, y Pérez Molina le respondió: «muchas gracias».
Tras el saludo, entraron en el recinto, acompañados de un intérprete, donde departieron a solas durante 25 minutos.
En los primeros minutos del coloquio el papa le dijo al presidente que «conocía la situación de Guatemala y el problema de las drogas» y que también sabía de los esfuerzos del gobierno en aras del bienestar de los guatemaltecos. Después se cerró la puerta y ya no se escuchó más.
Concluido el encuentro, entró a la Biblioteca la esposa del presidente, Rosa Leal; su hija Lisesette, la nuera Luisa María Isaac y cuatro nietos, de 15, 13, 11 y 9 años, a los que el papa hizo algunos comentarios.
También formaron parte del séquito el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Carrera; el embajador de Guatemala ante la Santa Sede, Alfonso Matta Fahsen; el secretario de comunicaciones sociales, Francisco Cueva; el secretario de Asuntos Administrativos, Walter Zepeda, y la encargada de protocolo, Celeste Maribelli.
Tras los saludos, el presidente Pérez Molina regaló al papa una imagen en plata de la Virgen del Rosario, patrona de Guatemala, realizada por artesanos guatemaltecos, y un rosario de jade, hecho por artesanos mayas.
También le regaló el libro «Contemporánea. Cultura y arte de la Semana Santa de Guatemala». El papa miró todos los regalos con mucho interés y el presidente le comentó la influencia española en la Semana Santa guatemalteca.
Benedicto XVI le correspondió con la medalla en oro de su pontificado y un aguafuerte sobre una vista de la plaza de San Pedro del Vaticano y la columnata, de 1666, obra de Lievin Cruyl, de Gante (Bélgica).
Tras la audiencia papal, Pérez Molina se reunió con el secretario de estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y el «ministro de Exteriores» del Vaticano, el arzobispo Dominique Mamberti.
Pérez Molina, que antes del Vaticano ha visitado España, dijo en Madrid que informaría al papa de su propuesta para «regularizar» las drogas y hablarían sobre la emigración guatemalteca.
El presidente guatemalteco dijo que tenía previsto invitarle a visitar el país, pero vista la renuncia le pedirá que transmita a su sucesor esa invitación.
Esta visita se produce tres años después de la última estancia de un presidente guatemalteco en el Vaticano, cuando el 26 de marzo de 2010 Benedicto XVI recibió al por entonces mandatario, Alvaro Colom, quien le invitó a visitar el país centroamericano.
Juan Pablo II visitó Guatemala en tres ocasiones, la primera en 1983, la segunda en 1996 y la última en 2002, cuando canonizó a Pedro de San José de Betancur, el primer santo en Centroamérica.
DC/Glogovisión