La víctima se encontraba con unos amigos, llegada la noche, los compañeros o dejaron cerca de su residencia en la invasión Carolina de Pérez, pero cuando el carro arrancó, los delincuentes lo interceptaron y le propinaron múltiples disparos.
Se presume que los desconocidos esperaban a su víctima escondidos en una garita de seguridad de una empresa fundidora.
Habitantes de la barriada escucharon los disparos y salieron y encontraron al hombre malherido. Inmediatamente lo trasladaron al cuerpo de Bomberos de Marcaibo, donde murió poco después de ingresar.
Se conoció que Ríos trabajaba para en una licorería ubicada en la avenida Universidad, y el dueño es de apellido Morales.