Izarra iba llegando al lugar, cuando los motorizados le propinaron los multiples impactos de balaque recibió. «él nunca se paraba a beber en dpósitos, tal vez llevaba dos o tres cervezas cuando pasaron los homicidas», informó Aleida Palencia, tía del infortunado.
El joven se dedicaba a organizar fiestas y y bailas de quince años, además estudiaba el último año de bachillerato.
La familia relató que la víctima dejó un hijo de dos años y era el segundo de dos hermanos. Residía con su familia en el sector La Curva de Molina.
DC