Lograron detenerlo y el joven confesó que mató a su cónyuge porque la descubrió planificando un encuentro con otro hombre.
Yo la maté porque andaba con otro, le di con un garrote en la nuca, la amarré de las manos, le tapé la boca porque quería gritar, la arrastré, hice un hoyo y después la enterré, aún estaba viva», confesó.
Un tribunal nicaragüense lo condenó a la pena máxima de 30 años de prisión, la cual establece una pena de ocho años por el delito de violación, 20 años por femicidio y dos por la forma atroz con que el acusado, Omar Arauz, asesinó a su esposa, con quien acababa de tener una hija, detalló a la prensa la jueza contra la violencia hacia las mujeres del departamento de Matagalpa (norte), Ivania Sancho.
Además, la jueza pidió que Arauz se sometiera a tratamiento psiquiátrico.
DC/ Agencias.