La artista cantó como si tuviera algo que demostrar, con mucha fuerza y sin dejar de bailar sobre un escenario con fuegos artificiales y luces con la forma de su rostro y su larga melena.
Llevaba un conjunto de cuero negro de Rubin Singer, con guantes a juego y botines de tacón, y acompañada de más de 100 bailarines repasó algunos de sus éxitos como «Love on Top», «Crazy in Love», «Baby Boi» y «Till the End of Time».
Se unieron a ella después Kelly Rowland y Michelle Williams, sus compañeras en el ya disuelto grupo Destiny’s Child y vestidas también de negro. Las tres cantaron y bailaron sincronizadas «Independent Woman» y «Single Ladies (Put A Ring On It)».
Cuando el SuperDome estaba preparado para los dos últimos cuartos del partido se produjo un inesperado apagón que fundió a negro las televisiones de millones de hogares en todo el país y dejó en blanco a los presentadores de la cadena CBS, la encargada de la retransmisión.
El apagón duró 34 minutos en los que Twitter se convirtió en un hervidero de comentarios y el hastag #superbowlblackout dio la vuelta al mundo. Tanto la NFL como la cadena CBS pidieron disculpas por el apagón y se comprometieron a investigar por qué ocurrió.