Este atentado, calificado de acto terrorista por las autoridades libias, tuvo lugar en un contexto de inseguridad creciente en Libia, con milicias que hacen lo que quieren y en un contexto regional marcado por el conflicto en Malí, donde el ejército francés intervino contra los islamistas radicales.
El presidente francés François Hollande, cuyo país participó en la operación militar internacional contra el régimen de Gadafi, indicó que espera que las autoridades libias hagan toda la luz sobre este ataque.
Francia espera que las autoridades libias hagan toda la luz sobre este acto inaceptable, para que los autores sean identificados y comparezcan ante la justicia. Este acto toma como blanco, a través de Francia, a todos los países de la comunidad internacional que participan en la lucha contra el terrorismo, afirmó Hollande en un comunicado.
El presidente francés pidió a su canciller que viaje a Libia para tomar en el lugar todas las medidas necesarias y ocuparse de la repatriación de los dos gendarmes. El ministro partirá dentro de algunas horas, precisó a la AFP una fuente diplomática.
Según un corresponsal de la AFP en el lugar, el edificio que alberga los locales de la cancillería gala quedó seriamente dañado y parte del muro que lo rodea fue destruido. Dos automóviles estacionados frente a la embajada quedaron calcinados.
Una fuente libia de seguridad indicó que el atentado había sido perpetrado con una bomba disimulada en un automóvil.
Investigadores libios llegaron al lugar del atentado, donde las fuerzas de seguridad trataban de evacuar el sector.
Ya no queda nada de mi oficina, declaró a la AFP una empleada francesa de la embajada.
Se oyó una fuerte detonación a las 07H00. Fue un error muy grave instalar la embajada en nuestro barrio, dijo uno de los vecinos del lugar.
El embajador de Francia, Antoine Sivan, que llegó al lugar, no quiso hacer comentarios.
El Nuevo Herald