El jefe del Estado francés tomó la palabra en el Palacio del Elíseo al día siguiente de que el Parlamento francés aprobara definitivamente la unión en matrimonio de parejas del mismo sexo.
Los parlamentarios de izquierda, esencialmente, aprobaron ayer el texto, una promesa electoral de Hollande que se ha debatido durante varios meses en la Asamblea Nacional y en el Senado, acompañado de manifestaciones a favor y en contra en las calles.
«El debate ha sido largo, a veces considerado como demasiado largo. Yo no lo creo», dijo Hollande, que cree que «todas las opiniones son respetables» y, por tanto, hay que «respetarlas».
Queda pendiente el veredicto del Consejo Constitucional, institución ante la que la oposición conservadora de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) ha recurrido para intentar tumbar el proyecto aprobado en el Parlamento.
DC/ EFE