El hombre inconsciente fue llevado por los paramédicos del 171 hasta la emergencia del Hospital Universitario de Maracaibo, donde permaneció recluido hasta el pasado jueves, cuando perdió la vida. Mientras estuvo hospitalizado ningún familiar lo visitó, y es que no sabían dónde se encontraba.
«No sabíamos dónde estaba, lo buscamos en la casas de sus amigos, en los hospitales hasta en el reten, pero nadie nos supo informar de su paradero», dijo Felicia Fernández, madre del infortunado. No fue seis días después de su muerte que la familia del joven lo fue a buscar en la morgue forense y allí estaba el cuerpo, a punto de ser enterrado en una fosa común del cementerio municipal.
La mujer estaba desesperada, quería llevar el cuerpo de su hijo a La Guajira, pero por el avanzado estado de descomposición se le dificultaba el viaje. Además de afrontar la pérdida debo buscar el dinero para pagar una buena preparación, que me permita llevar el cuerpo hasta la Alta (Guajira).
Quiñones no tenía trabajo fijo, se desempeñaba como albañil, llevaba varios meses separado de su esposa, con la que dejó un hijo de dos años.