Según un comunicado del Ministerio saudí del Interior, citado por la agencia de noticias local SPA, el reo, identificado como Amshad Ali, fue ajusticiado en la ciudad septentrional de Tobuk.
El condenado murió tras ser decapitado con una espada, un castigo que se le aplicó tras haber entrado en el corral de ganado que poseía una mujer, a quien ató, robó, violó y asesinó.
En el ultraconservador reino de Arabia Saudí rige una interpretación rigorista de la ley islámica, que impone castigos como la decapitación por sable, la lapidación o la amputación de miembros, dictados habitualmente por los jueces saudíes.
El asesinato, el narcotráfico, la violación, los asaltos armados y la brujería, entre otros delitos, son castigados con la pena de muerte.
DC/ EFE