La situación acarreó la suspensión del jugador por nueve meses, informó la Federqación venezolana de baloncesto. Sin embargo, su representante y abogado anunciaron la apelación ante el tribunal disciplinario de FIBA, a fin de reducir la sanción del pívot, aunque es casi un hecho que no pueda regresar al tabloncillo este año.
El principal argumento de apelación es el desconocimiento por parte del jugador sobre el uso de esta sustancia, dado que en 14 años de carrera jamás ha tenido problemas de este tipo.