Acaba de asumir el mando, pero aun los que votaron por él no salen de la angustia que le genera el hecho de estar impugnado por la otra mitad de los electores, ya que su pírrica victoria deberá ser aclarada en el término de los próximos 30 días. Además y al margen de las solidaridades infinitas canjeadas por la fortuna de un Estado dadivoso y manirroto, jamás podrá esconder, que también en el ámbito internacional se siente asediado por la mayoría de los países europeos, el mismisimo imperio y muchos Estados latinoamericanos, que no terminan de tragarse el cuento de su llegada victoriosa al poder, ni a costa del chorro de oro negro que hizo posible que vinieran a escuchar el bochornoso cacerolazo, mientras transcurría su perorata discursiva.
A pesar de que su parcializada arbitra y presidenta del CNE, ha señalado que no deben crearse falsas expectativas y distorsionar el verdadero sentido de una revisión que forma parte de las auditorías que sistemáticamente se han hecho a la plataforma; el hecho cierto es que en nuestro historial democrático, ni los 28.000 votos con los que derrotó Rafael Caldera a Gonzalo Barrios, generaron tantas dudas como estos resultados electorales, hasta el punto que quienes votaron por el auto destructible candidato, terminaron pidiendo ir al reconteo de los mismos, por aquello de que cuentas claras conservan amistades.
De seguro que el recién estrenado presidente, en su afán por desinfectar la sociedad, limpiar a PDVSA y a Corpoelec, de infiltrados trabajadores venezolanos, según sus desvaríos democráticos, bien aprendidos en la Escuela Ñico López de la Habana, no terminará de despejar bien sus cuentas, y la incertidumbre generada en el mundo; pero mientras se vayan presentando semanalmente los informes de las auditorias respectivas, el que no se ha cansado de aprovecharle hasta la ultima gota de formol al ausente, tendrá que irnos respondiendo como es que en definitiva piensa achicar las tendencias alcistas, que sobre la inflación cada vez se consolidan de forma aplastante, en el bolsillo de todos los venezolanos y no de manera fraudulenta.
También el entredicho presidente, y sin pretender convertirlo en panchito el matemático, porque sería como mucho pedir, está obligado a descifrarnos, como es que en su interregnum restará para provecho del país, las estadísticas bestiales de la criminalidad, que en estos 14 años han pasado de los 150.000 ciudadanos asesinados, y que por supuesto no se disminuirá con tan sólo esos llamados lastimeros a la paz. No estaría demás que mientras se auditan las primeras 400 cajas, y aunque sea silbandito nos explique donde fueron a parar los 69.941 millones de dólares, que él repartió por el mundo, cuando andaba en sus funciones de anda, ve y dile en su paso por la cancillería
A estos numeritos, mientras que le vamos metiendo la lupa, a los que nos tiene a buen resguardo el General Barrientos, sí que debemos exigirle con mucha firmeza una aclaratoria certera; porque en definitiva y al margen del resultado de la auditoria, a los 30 días que tendrá de gobierno expectante, habrá que sumarle los 14 años que lleva enredándonos con sus números enrevesados y cuentas torcidas.