o «hace varios meses» sin informar a la prensa para solucionar el dolor en sus lumbares, según indicaron a la revista dos fuentes cercanas a su familia.
Por instrucción de sus médicos, Bush y su esposa Laura pasaron el mes de enero en Florida para descansar, y el exmandatario estadounidense, de 66 años, aprovechó para jugar al golf pese a que sus doctores le habían recomendado no hacerlo hasta estar recuperado del todo.
Su recuperación coincidió con un momento crítico para su padre, el también expresidente George H. Bush (1989-1993), que estuvo ingresado durante casi dos meses en un hospital de Houston (Texas) por complicaciones de una bronquitis y fue dado de alta el 14 de enero.
DC/ Agencias