Tras el pelotazo Quentin, se abalanzó contra el abridor Zack Greinke, en una especie de emboscada. El choque lazó a ambos al suelo y como resultado el serpentinero de los Dodgers sufrió una lamentable fractura de la clavícula.
Ambos jugadores terminaron en medio de una gran reyerta en la que peloteros de ambos bandos se vieron involucrados.
«Nunca lo quise golpear a propósito», dijo Greinke, cuyo brazo fue colocado en un cabestrillo y aparentaba estar sentido luego del juego. «Nunca pensé en golpearlo a propósito. El pareció pensar lo contrario, pero ese no fue el caso. Eso es todo lo que tengo que decir al respecto».
Al serle preguntado si había mala sangre entre ambas novenas, Greinke, quien había golpeado a Quentin previamente en dos ocasiones cuando ambos militaban en la Liga Americana, dijo: «Quizás ahora si la vaya a haber. No sé si la había antes de esto».
Dijo que la lesión es «horrible. Es tonto que algo como esto haya sucedido. Me siento decepcionado».
El manager de los Dodgers Don Mattingly estaba iracundo, y dijo que esto no debió haber sucedido porque Quentin fue golpeado en un conteo de 3-2 en un partido con diferencia de una sola carrera.
«Es tan estúpido como se puede pensar», dijo Mattingly. «Él no debería jugar hasta que Greinke pueda lanzar. Si llega a jugar antes de que Greinke lance, algo está mal. Él fue quien causó todo esto. Nada pasaba si se iba a la primera base».
Quentin dijo que su historial con Greinke está «bien documentada. Esta situación se pudo haber evitado. Le tienen que preguntar a Zack sobre esto».
De acuerdo con el Departamento de Estadísticas e Información de ESPN, este es el tercer pelotazo que le propina Greinke a Quentin, siendo el anterior a este en el 2009. Quentin es el único bateador que Greinke ha golpeado tres veces.
Vea el momento de la pelea: