Los dos equipos se enfrentaron este sábado con muchos cambios con respecto a los últimos partidos de la Champions y en una formación que con absoluta seguridad no será la misma con la que disputarán la final de esa competición el 25 de mayo.
En el Dortmund hubo cuatro cambios con respecto a la alineación, faltaban el lateral Lukasz Piszcsek, el central Mats Hummels y los centrocampistas ofensivos Marco Reus y Mario Götze, éste último por lesión.
En el Bayern solo quedaban de los que empezaron el partido contra el Barcelona el portero Manuel Neuer, los centrales Jerome Boateng y Daniel Van Buyten y David Alaba, que no estaba como lateral sino en el centro del campo.
Los cambios realizados por los dos equipos dejaban claro que el compromiso de este sábado, con la Bundesliga, no iba a ser un ensayo general para la Champions.
Sin embargo, los dos equipos se mostraron desde el comienzo dispuestos a dar espectáculo con un juego bastante ofensivo y con mucha intensidad. En el segundo tiempo hubo roces exagerados entre los jugadores y llevó a que el Bayern se quedara con 10 hombres por la expulsión del brasileño Rafinha.
La primera ocasión la tuvo el Bayern en el minuto 9 en un contragolpe que el suizo Xerdhan Shaqiri no atinó a resolver bien.
Luego, dos minutos después, el Dortmund abrió el marcador con un gol de Kevin Grosskreutz. Tras el gol de Grosskreutz vino una fase en la que Dortmund combinó con mucha peligrosidad, pero el Bayern, en su primer avance digno de mención, logró el empate en el 23 con un cabezazo de Mario Gómez a centro desde la derecha de Rafinha.
Luego, los dos equipos siguieron atacando y antes de que terminara el primer tiempo hubo una gran ocasión de cada lado, a través de Robert Lewandowski para el Dortmund y a través de Gómez para el Bayern, y dos grandes paradas de Neeuer y Roman Weidenfeller.
En la segunda parte, el Dortmund hubiera podido definir el partido en su favor cuando un disparo de Sahin pegó en la mano de Jerome Boateng y el árbitro central señaló penalti. No obstante, el cobro del polaco Robert Lewandowski, el verdugo del Real Madrid, se encontró con una buena parada de Neuer.
DC/EFE