En una solemne celebración en la basílica de San Pedro con los miembros de la Conferencia Episcopal Italiana, el Papa argentino llamó a los obispos de la península a vigilar con firmeza de frente a las tentaciones del mundo moderno.
Sin vigilancia, el pastor es seducido por la ambición de carrera, de dinero y por compromisos con el espíritu del mundo, advirtió.
Se transforma en un funcionario, un empleado del Estado, más preocupado por sí mismo, por la organización y la estructura, que por el bien del pueblo de Dios, agregó.
No se trata de la primera vez que el Papa advierte con palabras severas a los obispos y sacerdotes sobre las tentaciones del clero y recordó, improvisando, que todos están llamados a interrogarse sobre las pruebas a los que deben someterse.
El Papa argentino les aseguró que ser pastores significa estar dispuestos a caminar en medio o detrás del rebaño, ser capaces de escuchar los pedidos del que sufre y sostener al que teme no poder llegar, dijo.
El pontífice los invitó sobre todo a divulgar la esperanza y a tener los corazones, las manos y las puertas abiertas en todas las circunstancias tras censurar la tendencia a la pereza y la indiferencia.
Terminamos por renegar al Señor, aún si formalmente hablamos en su nombre, dijo.
DC/ AFP