Inclinada desde muy joven a la labor humanitaria de servir a los demás, en particular a los enfermos, se enroló como enfermera en el Ejército inglés que peleaba en Crimea, en la sangrienta guerra que estalló en 1854. Florencia logra atraer 38 voluntarias que le sirvieron de extraordinaria colaboración en el campo de batalla.
Su dedicación, su desvelo por salvar las vidas de los soldados heridos, hicieron que se le conozca con el sobrenombre de Ángel de Crimea.
Venezuela también celebra este día, junto a los profesionales en enfermería con actividades culturales, con misa de acción de gracias y entrega de reconocimientos, a fin de agradecer a este sector la importante labor que realiza en la sociedad venezolana.