Salí corriendo hacia el patio, gritándole y moviendo mis brazos, pensando que eso lo asustaría, dijo economista retirado. Pero no se asustó. Todo lo que hizo fue dejar al perro y vino directo hacia mí.
Al ser derribado por el oso, Ninnemann forcejeó con el animal y apenas se las arregló para escapar hacia una de las esquinas de la cabaña, pero el oso se abalanzó nuevamente sobre él.
La esposa de Ninnemann, Marie, escuchó los gritos del hombre y buscó la escopeta que tenían guardada en el sótano, pero no sabía cómo cargarla o dispararla. Entre el desespero de no saber manejarla y, al mismo tiempo, ver a su esposo siendo atacado, Marie decidió salir y atacar al oso, golpéandolo en la cabeza con la escopeta. La decisión permitió que ella, Gerre y su perro pudieran escapar y entrar a su hogar.
El oso, de solo un año de edad, siguió rodeando la casa e intentó entrar por una de las ventanas. Ninnemann vio la oportunidad de dispararle y logró matar al animal.
El hombre sufrió diversas mordeduras y rasguños y tuvo que ser hospitalizado. Sin embargo, se encuentra estable, según explicó la policía a los medios locales.
Ninnemann agradeció públicamente a su esposa por salvarle la vida y dijo que ahora se encargará de enseñarle cómo cargar y disparar, apropiadamente, la escopeta.
DC/FoxNews