Un pequeño grupo de manifestantes atacó la Alcaldía de Sao Paulo y obligó a la guardia municipal a refugiarse dentro del edificio. Posteriormente lanzó vallas y objetos contra las ventanas, provocando la ruptura de varios cristales, y pintó grafitis en las paredes.
Sin embargo, poco después otro grupo de manifestantes restableció las vallas frente al Ayuntamiento e hizo un cordón humano para evitar los actos violentos contra el edificio, mientras gritaba sin violencia.
En las movilizaciones de hoy participaron 50.000 personas, según el Instituto Datafolha, después de que ayer unas 65.000 personas se manifestaran en la ciudad.
Los participantes ocuparon la céntrica Praça da Sé, frente a la Catedral de Sao Paulo, y algunas de las vías adyacentes.
Los integrantes de la protesta abuchearon a personas que llevaban banderas de partidos, en un intento de mantener la movilización sin una adscripción política.
A continuación avanzaron hasta el Ayuntamiento, cercano a la Praça.
Los manifestantes quemaron un muñeco que por un lado tenía la cara del alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, correligionario de la presidenta Dilma Rousseff en el Partido de los Trabajadores (PT), y por el otro la cara del gobernador del estado, Geraldo Alckmin, dirigente del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Otra movilización también llegó a la Avenida Paulista, donde el jueves pasado un enfrentamiento provocó decenas de heridos y detenidos y en donde fueron grabadas las imágenes de policías agrediendo a manifestantes que dieron fuelle a las protestas.
Se trata de la sexta concentración realizada en Sao Paulo desde que a principios de mes el Ayuntamiento subió el precio del transporte público de 3 reales (unos 1,5 dólares) a 3,2 reales (unos 1,6 dólares), lo que inició el movimiento.
Mientras, en São Gonçalo, una ciudad de un millón de habitantes en la región metropolitana de Río de Janeiro, los manifestantes avanzaron por una céntrica avenida hasta el Ayuntamiento, protegido por la guardia municipal y miembros de la Policía Militar.
En esa protesta participaron algunos miles de personas que reclamaban mejoras en los servicios públicos.
Ayer las protestas reunieron a cerca de 250.000 personas en una veintena de municipios de todo el país, la mayor movilización desde que en 1992 una multitud pidió la destitución por un escándalo de corrupción del entonces presidente, Fernando Collor de Mello, que acabó dimitiendo.
Las autoridades de por lo menos seis ciudades brasileñas anunciaron hoy la reducción de las tarifas de transporte público.
El alcalde de Sao Paulo, que inicialmente había manifestado la imposibilidad de reducir los pasajes en la mayor ciudad de Brasil, aseguró posteriormente que revisará las cifras para buscar alternativas.
Los manifestantes han anunciado nuevas movilizaciones para esta semana, incluida una para el jueves en Río de Janeiro, donde ayer la protesta reunió 100.000 personas.
Las protestas comenzaron la semana pasada en Sao Paulo, exclusivamente contra la subida de las tarifas de transporte público, que revelaron un descontento social oculto.
Las reivindicaciones ahora incluyen mayores inversiones en la salud y la educación pública, y críticas a los elevados gastos del Gobierno para organizar eventos como el Mundial de fútbol de 2014.
DC/Noticias 24