Desde el año 2010 y hasta el primer trimestre de 2013, los estudiantes con discapacidad auditiva de la Universidad del Zulia podían optar a una ayuda económica para el pago de intérpretes de lengua de señas venezolana.
La crisis económica que afecta al país y de la cual no escapa LUZ ha provocado la suspensión de este beneficio con las consecuencias que esto implica.
Si bien existe un Servicio de Interpretación de Lengua de Señas Venezolana adscrito a la Comisión LUZ para la Igualdad y Equiparación de Oportunidades de las Personas con Discapacidad (Silens-LUZ), este solo tiene entre sus posibilidades atender al 29% de la población total con discapacidad auditiva registrada en LUZ.
El déficit es grave, alerta Zuinglio Campos, coordinador de Silens-LUZ, quien afirma además que los seis intérpretes que forman el servicio y que ingresaron en julio de 2012 como personal administrativo no dan abasto para el total de 58 estudiantes con discapacidad auditiva en LUZ. Esta situación puede tonarse todavía peor si no se consiguen alternativas de financiamiento cuando ingresen 15 estudiantes inscritos en el Censo API Discapacidad 2013-2014, finalizado el viernes 10 de mayo de 2013.
La Comisión LUZ para la Igualdad y Equiparación de Oportunidades de las Personas con Discapacidad se encuentra trabajando junto a las autoridades rectorales en pro de la contratación de más intérpretes de lengua de señas venezolana ante el gobierno nacional y así tratar de satisfacer la demanda del servicio de interpretación de sus estudiantes.
Existe un mar turbulento de opiniones de los estudiantes con discapacidad auditiva. Yusbelis Caldera, de la Facultad de Arquitectura y Diseño, resalta la sensación de miedo que la invade al imaginar sus días en clases sin un intérprete.
Desde la Facultad Experimental de Ciencias, Omar Cáceres considera que tener intérprete hace la diferencia y que no tenerlo aviva la amenaza de convertirse en repitiente.
Por su parte, Franklin Cubillán y Raúl Márquez coinciden en afirmar que la mayoría de los que hoy han dejado de recibir la ayuda económica para el pago del servicio de interpretación, terminará por desertar y buscará integrarse al mercado laboral.
Dalia Sánchez Caridad/LUZadn