Aunque es de resaltar que en el país oriental se tiene la creencia de que los miembros aumentan la potencia sexual masculina y mejoran el aspecto de la piel femenina, el éxito de Guolizhuang ya ha logrado traspasar las fronteras, abriendo una sucursal en el barrio Chino en la ciudad de Atlanta, Georgia.
El negocio ha tenido importantes ganancias desde que se inauguró hace unos cinco años, ya que los comensales eligen los genitales a la hora de comer, y también se ofrecen algunos insectos en el menú.
La mayoría de los platillos son hechos de los genitales de yak, son presentados a los comensales en una forma atractiva, comestible y además tienen nombres interesantes como «La esencia del Buda de Oro», «Phoenix Rising», «Las flores de jazmín con 1,000 Capas», entre otros.
«Para genitales de vacas y ovejas, nos abastecemos en Mongolia, el asno es de Hebei (norte) y Shandong (este), la serpiente de Hunan (centro) y Zhejiang (este), el oso marino, lo importamos de Canadá, contó uno los dueños del restaurante.
De acuerdo con la dinámica del Goulizhuang, los meseros deben explicar las propiedades de cada platillo a los comensales.
Sin embargo, se tienen reglas especiales, por ejemplo, las mujeres no deben comer los testículos, pues las hormonas podrían darles una voz más profunda y hacer crecer la barba. Sin embargo los penes son inofensivos.
A los menores de 15 años no se les permite comer en Guolizhuang, pues se cree que las hormonas en los alimentos pueden interferir con el crecimiento natural.
En cuanto a los precios, el pene de yak se ofrece en platillos que cuestan más de 220 dólares, o también hay un plato de 10 penes surtidos, cuesta 110 dólares.
Para clientes muy especiales las ofertas pueden costar más de 1000 dólares; por ejemplo, el pene de tigre está valorado en más de 1,500 dólares y se reserva con varios meses de anticipación.
DC/SDP