No hay carro pa’ tanta gente

Ese día comenzó a operar la plataforma tecnológica del sistema Venezuela Productiva Automotriz, implementado por el Ministerio de Industrias, con el fin de adjudicar a la población los carros ensamblados por el gobierno de una manera transparente y sin facturas proformas.

Más caros, pero aún solidarios

¿Qué hace tan llamativo este proceso de compra de vehículos? En primer lugar, está la ilusión de no tener que esperar meses y hasta años para llegar al turno en las largas listas que se abrían en los concesionarios de venta de estos vehículos ensamblados por dos empresas mixtas del Estado: Venirauto y ZGT Chery.

Pero la verdadera razón es el precio solidario que tiene cada modelo que se oferta a través del sistema. El Centauro -fabricado por Venirauto- es de Bs. 167.009; en los portales web de ventas de vehículos, el mismo modelo se cotiza entre Bs. 200.000 y Bs. 270.000. El Orinoco -ensamblado por Chery- se oferta en Bs. 196.310 a través del portal gubernamental, mientras que en avisos de portales privados está entre Bs. 300.000 y Bs. 360.000.

Los otros dos vehículos que se venden a través del sistema automatizado son Arauca y Turpial, modelos económicos de ambas ensambladoras, cuyos precios desconocemos por cuanto no aparecen en el portal y no hemos contactado a usuarios que les hayan sido asignados.

Aún cuando estos precios lucen llamativos, cabe destacar que en cuestión de dos años los precios de estos vehículos de la red gubernamental han aumentado en forma considerable.

Por ejemplo, en 2011, la empresa Venirauto vendía el Centauro en Bs. 125.000; esto refleja un incremento de 33% en dos años, en comparación con el precio que tiene a través de Venezuela Productiva Automotriz.

Mientras que el Orinoco, ensamblado por Chery, tenía un precio de venta de Bs. 119.000 hace dos años, cuando comenzó a operar la empresa, lo que significa que su precio aumentó casi 65% en ese lapso.

Luego de cinco años de números en rojo, y muy a pesar de la ampliación de la capacidad instalada de la industria ensambladora con la instalación de dos plantas de capital público, lo cierto es que la oferta actual no logra satisfacer la demanda de miles de compradores; un fallo que las marcas promovidas por el Estado están muy lejos de subsanar.

Como puntales de un proyecto para crear un polo automotriz público, Venirauro y la Corporación ZGT Chery tienen una capacidad conjunta para ensamblar cerca de 44.800 unidades anuales a plena producción: 26.000 de la fabricante de carros iraníes y 18.800 de la ensambladora de la marca china.

No obstante, la realidad operativa no guarda mucha relación con estos números, ya que ambas industrias trabajan apenas a un tercio de su capacidad.

La peor parte la lleva Venirauto, empresa conjunta que desde su inauguración en noviembre del año 2006 por los presidente de Irán y Venezuela, Mahmud Ahmadineyad y Hugo Chávez, respectivamente, nunca ha podido trabajar más allá de 16% de su capacidad, de acuerdo con las cifras oficiales de las Memoria y Cuenta del Ministerio de Industrias, única forma de conocer sus números.

De hecho, la poca eficiencia y gran discrecionalidad en los manejos de la empresa despertaron la atención de la Asamblea Nacional, que el año pasado abrió una investigación de la cual hasta ahora no se conocen resultados.

Problemas con la infraestructura de la planta, fallas en el suministro de piezas por parte de la casa matriz iraní y hasta el embargo comercial que contra la nación persa mantiene buena parte de la comunidad internacional, fungen como las supuestas causas de los escuálidos resultados de una ensambladora que produce modelos que salieron de circulación del mercado mundial hace más de dos décadas.

Del oriente lejano

Pese a los problemas de Venirauto, el gobierno decidió iniciar un segundo frente de ensamblaje, esta vez de la mano de un viejo socio privado, responsable del desarrollo de los vehículos militares Tiuna.

De esa sociedad nace Corporación ZGT, empresa mixta donde el Estado tiene 51% del capital y el socio privado 49% restante; en cuya presencia parece estar el secreto de los resultados más promisorios.

De hecho, si bien ZGT no alcanzó el año pasado la meta de ensamblar 18.000 unidades, al escudriñar las declaraciones del ministro Ricardo Menéndez se tiene que en su segundo período de operaciones produjo unos 11.000 carros (61% de su capacidad).

Los resultados han sido tan promisorios que se anunció una segunda planta que, para desilusión de los compradores locales, estará enfocada a producir vehículos destinados a la exportación, de acuerdo con lo informado por el ministro de Industrias.

No hay carro pa’ tanta gente

El panorama de la producción estatal de vehículos es más que claro: aun a plena marcha, la capacidad instalada de Chery y Venirauto no es suficiente para atender la demanda de los potenciales compradores inscritos y por inscribirse en el nuevo programa estatal, una versión remozada de un plan lanzado en el año 2009 por la empresa Suvinca que nunca dio resultados.

En efecto, el ensamblaje conjunto de ambas marcas en 2012 rondó las 14.600 unidades, lo que significa que en el primer día de inscripción en Venezuela Productiva Automotriz se llenó el cupo correspondiente a todo un año de producción de los cuatro modelos ofrecidos.

Esto significa que quienes completaron los requisitos para optar por un auto del programa durante el segundo día de inscripciones, deberán esperar al menos dos años para recibir su vehículo. La espera será larga.

 

 

DC/Últimas Noticias

 

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