En un arrebato de sinceridad, en el que despotricaba contra Henrique Capriles Radonski, Jaua mandó al líder de la oposición a meterse el rollo de papel por donde mejor le quepa, porque aquí tenemos patria.
El canciller preguntó a los presentes que si querían patria, a lo que todos respondieron al grito de Sí, o papel higiénico, que sorpresivamente se llevó un tímido No.
La patria no se mide por un supermercado, sino por el amor que tiene el pueblo a su nación.