La mujer vampiro chupa la sangre de la porción de músculo entre el cuello y el hombre de sus donantes, que por cierto conoce a través una tienda de curiosidades cerca de su casa en Wilkes Barre, Pensilvania.
«Cuando me alimento de una persona bebiendo su sangre, me siento más fuerte y saludable», confiesa Julia. Aunque Julia no está segura de las propiedades nutricionales de la sangre, piensa que la ciencia tal vez no las ha descubierto todas aún.
El gusto por beber sangre de Julia inició cuando ella tenía 15 años de edad, mientras ella daba su primer beso, se le antojo morder a su joven novio.
«Fue mi instinto natural, me gustó mucho. No pude explicarlo», declaró la vampiro, eso si aclara que el muchacho en cuestión jamas volvió a darle un beso.
Julia empezó a beber más sangre cuando conoció a su ex marido, Donald, de 49 años de edad, quien lleva un estilo de vida gótico.
Los hijos de Julia ven su dieta sanguínea como algo desagradable y la califican de parásito. Sin embargo ella afirma que no es tal pues todas sus «víctimas» son voluntarios donantes.
De hecho la mujer vampiro afirma que aunque conoce a la mayoría de sus donadores de sangre en internet, antes de chupar su sangre deben conocerse en persona y además realizarse exámenes de VIH para que todo este bajo control y con el menor riesgo para ambas partes.
Julia insiste que su dieta a base de sangre la hace verse más joven, no obstante los médicos no recomiendan seguir su ejemplo por el riesgo de contraer alguna enfermedad a través del flujo sanguíneo, además advierten que el sistema digestivo no esta preparado para procesar bien el plasma como otros alimentos.
DC/ Sdpnoticias.com