El técnico del Barcelona, Tito Vilanova, deja su puesto para someterse a un tratamiento de su enfermedad «incompatible» con sus tareas de entrenador, anunció este viernes el presidente del club, Sandro Rosell.
Tras los «los resultados de las pruebas rutinarias de seguimiento realizadas esta semana a Tito Vilanova se ha presentado la opción de poder llevar a cabo un tratamiento para seguir controlando su enfermedad, lo cual le hará incompatible desarrollar sus responsabilidades como entrenador del primer equipo de fútbol a partir de ahora», dijo Rosell.
El Barcelona anunciará «probablemente a principios de la semana que viene» al nuevo entrenador, añadió Rosell en una comparecencia de urgencia ante la prensa, la cual había especulado con la posibilidad de que Vilanova fuera sustituido temporalmente por Joan Francesc Ferrer Rubi, extécnico del Girona, recién incorporado al equipo técnico del Barcelona.
Es «un golpe muy duro, durísimo para el Barça», añadió el presidente azulgrana, confirmando así las informaciones de prensa que circulaban desde primera hora de la tarde referentes a que Vilanova abandonaría su puesto al reproducírsele su cáncer en la glándula parótida.
Vilanova ya pasó dos meses en Nueva York entre enero y marzo pasado para tratarse de su enfermedad, después de haberse sometido un año antes a una operación, en noviembre de 2011.
Pese a ello, volvió animado de la ciudad de los rascacielos asegurando que «me siento con fuerzas y tengo muchas ganas de seguir».
Durante esos dos meses Vilanova dejó al cargo del equipo a su segundo, Jordi Roura, y finalmente el Barça ganó la Liga, en un nuevo duelo con el Real Madrid del portugués José Mourinho, con el que Tito protagonizó el famoso incidente del «dedazo».
Al final del partido de vuelta de la Supercopa de España, el 17 de agosto de 2011, que ganó el Barcelona 3-2, Mourinho se fue hacia Vilanova y le metió el dedo en el ojo, en una acción cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo.
Pese a este éxito en Liga en su primer año al frente del equipo, la eliminación de manera dolorosa de la semifinal de la última Liga de Campeones por el Bayern de Múnich por un global de 7-0 y la recaída en su enfermedad, ya habían hecho correr dudas sobre su continuidad como entrenador.
«Tito Vilanova dirigirá el Barça el año que viene», afirmó entonces el vicepresidente del Barcelona, Josep María Bartomeu a Catalunya Radio, asegurando que «no ha sido fácil hacer la transición y ha hecho un gran trabajo».Y es que el listón estaba alto cuando tomó las riendas del equipo sucediendo a Guardiola, junto al que ganó 14 títulos en la época dorada del Barça.
Como adjunto de «Pep», Vilanova ganó en cuatro años dos Ligas de Campeones (2009 y 2011), dos Mundiales de Clubes (2009 y 2011), tres Ligas (2009, 2010 y 2011), dos Copas del Rey (2009 y 2012), dos Supercopas de Europa (2009 y 2011) y tres Supercopas de España (2009, 2010 y 2011), pero tras la salida de Guardiola del Barça, se fueron distanciando.
Esta frialdad vivió un último capítulo recientemente cuando Guardiola, actual entrenador del Bayern de Munich, aseguró que la dirección del Barça había utilizado «la enfermedad de Tito para hacerme daño».
Sin embargo, en otra rueda de prensa, Vilanova aseguró que Guardiola «no estuvo acertado».
«No creo que nadie de la Junta directiva me haya utilizado para atacarle», añadió, antes de concluir que cuando estuvo en tratamiento en Nueva York, donde Guardiola pasó un año sabático, «no nos vimos, pero no fue por mi culpa. Es mi amigo y yo le necesitaba».
Este viernes, tras conocerse la noticia, multitud de jugadores de todos los equipos como el portero del Atlético de Madrid, Thibault Courtois, o el centrocampista del Bayern de Munich, Javi Martínez, utilizaron las redes sociales para darle ánimos.
El Real Madrid también mostró «su cariño y solidaridad con Tito Vilanova» en un comunicado oficial.
Fuente: Panorama