Hoy, cuando se cumplen 230 años del natalicio del Libertador, en el Lago de Maracaibo se escenificará el desfile conmemorativo del Día de la Armada y de los 190 años de la Batalla Naval del Lago, evento que marcó el fin de la lucha independentista.
Eran las 3.00 de la tarde de ese 24 de julio de 1823, día en el que los patriotas, a bordo de 14 embarcaciones y liderados por el almirante José Prudencio Padilla, se abalanzaron sobre las 27 naves realistas. Pese a la desventaja en armas y tropas, las fuerzas independentistas derrotaron a los españoles en dos horas.
«En esa batalla resultó fundamental la presencia del almirante Padilla, quien la mañana del ese día arengó a las tropas y se mantuvo en la lucha hasta el final», comenta la capitana de Corbeta, en situación de retiro, Vivian Arapé.
Al analizar los acontecimientos con la distancia de la historia, Arapé destaca que los realistas, bajo las órdenes del comandante Ángel Laborde y Navarro, se confiaron de que por contar con una mayor cantidad de naves, desde bergantines hasta piraguas, obtendrían una fácil victoria, por eso se mantuvieron expectantes cerca de la costa de Maracaibo, mientras las 14 embarcaciones patriotas avanzaban raudas desde la Costa Oriental del Lago.
Los representantes del rey abrieron fuego cuando tuvieron a distancia a las naves independentistas, pero la rápida actuación de las tropas de Padilla permitió la toma del bergantín San Carlos y luego de otras 23 embarcaciones.
Solo tres escaparon hasta el Castillo San Carlos. En una huyó Laborde. Diez días después, capituló el capitán general de Venezuela, Tomás Morales.
Cuando pasa por ese espacio del estuario marabino donde se escenificó la batalla, Arapé, quien en la actualidad capitanea un barco de servicios para la industria petrolera en el Zulia, siente la emoción de una mujer formada en la Armada, de donde egresó hace 30 años, como parte de la primera promoción de mujeres oficiales.
Tres décadas. Que la almiranta en jefe Carmen Meléndez se haya convertido en la primera mujer ministra de la Defensa, es el resultado de un camino que iniciaron las 12 oficiales que integraron la «Primera Promoción de Oficiales Efectivas de la Armada». Ellas junto a 38 hombres conformaron la Promoción «Bicentenario del Natalicio del Libertador», del 5 de julio de 1983.
«Entramos 54, y cada año la cifra se reducía drásticamente. Sólo 12 culminamos los estudios», relata Arapé. La ministra ingresó un año después. Dos de las 12 graduadas pasaron a retiro este mes, luego de 30 años de servicio.
Arapé cuenta que luego de superar las pruebas físicas, médica, psicotécnica y una complicada entrevista, vino un desafío mayor. «Los primeros días fueron durísimos. Nos hicieron una bienvenida, nos cortaron el pelo y nos dieron los uniformes».
La Armada fue el segundo componente de la Fuerza Armada que incorporó mujeres. Dos años antes fue la Aviación. Los uniformes debían remangárselos porque les quedaban grandes. Las botas eran un accesorio indescifrable. El machismo determinaba la relación en la Escuela Naval de Mamo. «La Armada era una de las instituciones más machistas, no nos querían. Tuvimos que vencer el mito de que una mujer en el barco es pavoso».
Esta semana la oficial retirada navegó con su embarcación petrolera cerca del lugar donde se encuentra la formación que participará en el desfile de hoy. «Ver la flota me hace sentir nostalgia y orgullosa de ser parte de la Armada».
DC/Últimas Noticias