Así como lo lee, en Maracaibo hasta la paradas de buses se caen, y si no lo cree, puede visitar lo que hasta la mañana de hoy era la parada de la ruta noroeste en el centro de la ciudad. Si no la consigue es porque quedó irreconocible tras desplomarse cual edificio es desaparecido con dinamita.
Sin embargo, a esta parada no fue una bomba lo que la tumbó, sino el deterioro y la corrosión, así afirmaron los transportistas y transeúntes que no se mostraron sorprendidos por la falta de mantenimiento.
Los habitantes de la Tierra del Sol Amada piden que a un gobernante «le duele esta ciudad», que las paradas no sean solamente para cubrirse del sol sino también para que los choferes las respeten y no dejen a los pasajeros en medio de las carreteras.
Texto y Fotos: Ángel Núñez