Un niño de seis años que quedó enterrado durante horas en una duna de 11 pies de profundidad en el norte de Indiana podría recuperar por completo sus facultades neurológicas, aunque es probable que sufra problemas pulmonares crónicos, dijo el lunes un médico.
Nathan Woessner está bajo el efecto de calmantes y conectado a un ventilador, pero probablemente lo puedan desconectar para el fin de semana, destacó la doctora Tracy Koogler, directora de la unidad de terapia intensiva del Centro Médico de la Universidad de Chicago.
Nathan podría ser dado de alta del hospital dentro de 10 a 14 días, destacó.
El menor estuvo muy grave desde el viernes, cuando fue rescatado después que cayó en un pozo y quedó enterrado en la arena durante unas cuatro horas. Nathan estaba trepando por una duna de Mount Baldy en el parque Dunes National Lakeshore con su padre y dos amigos.
El abuelo de Nathan, Don Reul, relató como un amigo de ocho años de Nathan lo vio desaparecer en la arena. El padre de Nathan y el padre de su amigo lo podían escuchar inicialmente y trataron de desenterrarlo primero con las manos.
Dejaron de hacerlo cuando Nathan seguía hundiéndose bajo la arena. Finalmente dejaron de escucharlo, comentó Reul.
Reul, que es un ministro religioso, dijo que la familia temía que Nathan estuviese muerto cuando lo sacaron, pero luego notaron que una cortadura en el rostro del niño sangraba.
Entonces “comenzamos a tener esperanza de que Nathan no nos había dejado”, dijo Reul.
Koogler dijo que Nathan podría padecer de asma o algún otro problema pulmonar porque inhaló mucha arena, pero dijo que le sorprendía que sus pulmones no hubiesen sufrido más daños.
“Parece que se topó con una bolsa de aire cuando estuvo abajo”, comentó Koogler.
Dentro de seis meses, “espero que se esté comportando como un niño normal de seis o siete años”, agregó.
DC/ El Nuevo Herald