En un gesto de perpetuar en su cuerpo el legado de su padre, María Gabriela Chávez también decidió, como muchos otros seguidores de la revolución, estampar en su cuerpo la famosa rabo e cochino.
De color rojo, y con la frase “Amor mío Papá”. La consentida del comandante decidió compartir la imagen con sus amigos y seguidores por las redes sociales.
Ese mismo día ella también ayudo al tatuador Yomico Moreno, a tatuarse la firma del presidente Chávez.
DC