Bajo el brillante sol de Falcón, las dos urnas marrones en las que descansaban los cuerpos de Enmanuel Galicia Reyes (9) y José Miguel Granadillo (14) emprendieron un último paseo por las calles del pueblo que los vio crecer, Mene Mauroa.
Una de las urnas salió de la iglesia católica, mientras que a José lo despidieron a cuatro cuadras, en una iglesia evangélica. Los acompañantes de los pequeños se unieron en una pequeña procesión hasta el cementerio de la localidad, donde finalmente los dos amigos se acompañarán hasta la eternidad. Sus tumbas están situadas una al lado de la otra, así estuvieron en vida, y así al momento de sus trágicas muertes.
Familiares y vecinos aun no entienden lo que sucedió, desconocen las causas del doble homicidio, y aunque el responsable del crimen, identificado como Eduardo José González conocido como “El Peggi”, confesó su fechoría se ha negado a dar detalles sobre el móvil.
Rigo Valles, jefe de la delegación policial del Cicpc, refirió que fue el mismo homicida quien guió a las comisiones hasta el lugar donde estaban escondidos los cadáveres. “Los niños fueron asesinados el mismo día del crimen, según lo apunta la data de muerte tras efectuarle las respectivas autopsias, por lo que mantenemos como móvil del hecho la venganza pero, hasta ahora, continuamos determinando en contra de quién. ‘El Peggy’ y Robert Antonio Cortez Navas (23) permanecen detenidos por el caso, ‘El Mara’ no tiene nada que ver con el suceso”, explicó.
Ambos niños fueron descritos como buenos muchachos, de comportamiento excelente, y buenos estudiantes.
DC/Foto: cortesía Panorama