John Unger adoptó a Schoep cuando éste tenía sólo 8 meses de vida, y lo bautizó así en homenaje a una popular marca de helados del sur de Wisconsin. Muy golpeado por los dueños anteriores, le tomó un tiempo ganarse la confianza de su nueva mascota, que había adoptado tas una decisión en conjunto con su entonces prometida.
Tras una vida compartida, el animal comenzó a sufrir las consecuencias de una artritis, y Unger descubrió que el agua lograba calmarle las dolencias, por lo que lo llevaba la lago para que tome unos baños.
Sin embargo, Unger publicó a través de la misma red social el mensaje que nadie esperaba. «Respiro, pero no puedo respirar. Schoep murió ayer. Más información en los próximos días», y graficó el relato con una imagen de la huella canina sobre la arena húmeda.
Fuente: Infobae