La pequeña localidad japonesa de Rikuzentakata, barrida por el tsunami de 2011, concluyó este miércoles la costosa recuperación del único árbol que les quedó en pie tras la tragedia de entre los cerca de 70.000 que poblaban la zona
Conocido como «el árbol de la esperanza», y convertido en un símbolo en Japón de la reconstrucción de las zonas asoladas en el nororiente, las labores para recuperar al maltrecho pino comenzaron en septiembre tras recolectar donaciones por valor de unos 160 millones de yenes (1,2 millones de euros) destinadas a su preservación.
En la ceremonia celebrada este miércoles, los vecinos de Rikuzentakata guardaron un minuto silencio, en un evento en el que los niños del jardín infantil de la ciudad cantaron en memoria de las víctimas, confirmó el ayuntamiento de la localidad.
La administración local ha sido la encargada de canalizar estas donaciones, que incluso contaron con una campaña en redes sociales llamada «Salvar el árbol de la esperanza», gracias a las cuales se han podido recuperar finalmente las raíces del pino, podridas por el efecto de la sal del mar tras el paso del tsunami.
A partir de este miércoles, este solitario pino se iluminará durante la noche para recordar a las cerca de 2.000 personas que quedaron atrapadas esa fatídica tarde del 11 de marzo bajo las aguas del tsunami en esa localidad y los más de 18.500 muertos o desaparecidos en el total de la costa nipona.
Esta localidad costera de 10.000 habitantes, menos de la mitad de los que tenía antes del tsunami, se convertirá además en parque nacional, cuyo icono principal será el «árbol del milagro», con el objetivo de poder mostrar a las generaciones venideras los esfuerzos realizados para mejorar la seguridad tras la tragedia de 2011.
Texto: EFE
Foto: AFP