Luego de sufrir un apagón de al menos 10 horas, empresas y comerciantes marabinos se recuperan de un día de improductividad forzosa.En la empresa de litografía Lito Mansal, situada en el sector Valle Frío no pudieron hacer las entregas que ya estaban pautadas.
Poco antes de la 1.00 de la tarde, la zona se quedó sin fluido eléctrico y desde ese momento se detuvieron las operaciones.
“Aunque no tuvimos perdidas en cuanto a dinero se refiere, dejamos de adelantar trabajo que ya estaba pautado. Para poder sacar el trabajo que se acumuló deberemos venir a cumplir con horario el sábado”, dijo una de las empleadas identificada como Vanesa Ferrero.
Por su parte, los empleados de la farmacia Botiqueria, ubicada en la avenida Bella Vista, explicaron que el apagón les trajo pérdidas que aun no han calculado, y es que dejaron de vender mercancía desde las 12.30 de la tarde.
“En ese momento tuvimos que cerrar las puertas, nosotros no conocemos los precios de todos los productos, y la falta de sistema nos obligó a cerrar”, comentó una de las vendedoras, quien indicó que en un lapso de dos horas cerca de 10 clientes intentaron entrar a comprar pero se tuvieron que ir sin ser atendidos.
En la farmacia hay una serie de medicinas que necesitan refrigeración, entre ellos sueros, insulina, gotas oftalmológicas y supositorios. “Los sueros son muy delicados, una vez que el producto se calienta se daña”, comentaron los empleados, sin embargo la temperatura en la nevera se mantuvo y no tuvieron perdida de medicinas.
Reto al calor
María Gabriela Montaner contó que para ella permanecer sin luz desde el medio días hasta las12.00 de la noche fue todo un reto, y es que tiene bajo su cuidado a su madre, Ana Sandoval (80), quien padece de Alzheimer, diabetes e hipertensión arterial.
“Me llevé a mi mamá a la casa de mi hermana porque ella tiene planta, pero a las 9.00 tuve que regresar, porque ella me pidió que la regresara a la casa”.
Montaner perdió la nevera y un aire acondicionado debido a las fluctuaciones eléctricas. “El aire estaba en el cuarto de mi mamá, para que no pasara más calor la acosté en otra habitación, pero en la madrugada mi mamá se paró gritando porque no sabía dónde estaba”.
No todo es malo
Jorge Luzardo, dueño de cepillados el Cangurito, ubicado en el sector Veritas, expresó que sus ventas se incrementaron con el apagón.
“¡Ojalá que todos los días se vaya la luz! Expresó el comerciante de manera jocosa, quien indicó que sus ventas subieron en un 200%.
“Yo creo que como la gente salió temprano de sus trabajos y además los centros comerciales estaban cerrados, todos vinieron a dar aquí”, indicó.
Luzardo explicó que de su mercancía lo único que no pudieron hacer fueron las tortas, que su esposa prepara en las tardes. “Yo me paro a las 4.00 de la mañana y desde ese momento comenzamos a preparar todos los productos. En la mañana ya todo está listo”.
DC