Tal es el caso de Tracey McLaughlin (51), según narra el Daily Mail, este lunes.
La dama pesaba en el año 2010, pesaba 120 kilos y el sobrepeso la obligaba a desplazarse en sillas de ruedas. Por razones de estética y salud, decidió someterse a la cirugía plástica.
Todo fue de maravilla el primer tiempo. Logró bajar acorde a lo que se esperaba, sin embargo, la curva no se detuvo y pasados tres años de esa intervención, Tracey pesa sólo 31 kilos y está asustada.
La desnutrición que padece en la actualidad y que no ha podido controlar la tiene comprando ropa en la sección infantil, de hecho la ropa de sus dos hijos, veinteañeros, le queda grande.
La teoría que manejan los médicos es que tras la cirugía, la cicatriz en el estómago afectó la capacidad de absorber los alimentos y últimamente se le ha sometido a una serie de exámenes destinados a descubrir qué es lo que pasa.
Mientras, esta británica levanta una voz de alerta frente a este tipo de cirugía, que para muchos esa una solución milagrosa. “Mi cuerpo está demacrado; me aterroriza la posibilidad de morir de hambre”, dice.
“Hacerme un bypass fue un verdadero error”, agrega.
DC/ Daily Mail
Foto: Daily Mail