Los rasgos faciales que nos dan una idea de la edad de un individuo son un poco nublosos. Las arrugas ciertamente ayudan a intuir que un alguien ya no es joven, pero el paquete entero del rostro –y no solo un simple rasgo identificable- es el que nos permite calcular con mayor precisión la edad de una persona. Ahora, un espeluznante pero, a su vez, maravilloso video, te hará considerar estos puntos.
El trabajo, realizado por el editor Anthony Cerniello, muestra el progreso de Danielle, una de sus amigas, quien pasa de ser una niña hasta convertirse en anciana. Todo en una sola toma de cinco minutos.
En lugar de tomarle fotografías a medida que envejece, Cerniello trabajó con el fotógrafo Keith Sirchio, con quien buscó retratos de Danielle y de su familia en una reunión. De acuerdo a The Verge, buscaron imágenes de aquellos familiares con una estructura ósea similar a la de Danielle, las escanearon y animaron con ayuda de dos trabajadores de software en 3D con la finalidad de mostrar fielmente el envejecimiento del cuerpo humano.
El largo del video es suficiente para hacer casi imperceptible esta transición, pero da la oportunidad a que el espectador note los pequeños cambios a medida que van pasando, aunque se dificulta que éste pueda especificar cuáles son estos cambios. Según Cerniello, esta era la intención: “La idea era mostrar que algo está pasando y que no lo puedes ver, pero puedes sentirlo, como el envejecimiento mismo”.
Para ver el efecto completo, asegúrate de ver el video con el audio encendido, sin saltar ni una sola parte del mismo.
Luis Santander/@santander205/The Verge
Captura/YouTube (Foto)